LeBron James no tuvo que esperar a Navidad para volver a casa. Su regreso se adelantó un mes y Cleveland lo vivió como una de las noches más especiales del año. De sus manos salió el único anillo de la historia de los Cavaliers y por eso tampoco escoció demasiado la derrota ante los Lakers (105-109). Más de uno en la grada saltó con alguna de las canastas de LeBron, que no entiende de nostalgias cuando salta a la pista. Sus 32 puntos y 15 rebotes decidieron uno de los duelos más especiales de su carrera. Aún vendrán más.
James regresó a su casa y fue vitoreado como héroe, aunque se convirtió en el gran enemigo de la noche, siendo el mejor en el ataque de los Lakers. El tricampeón de la NBA pasó 11 temporadas en dos épocas diferentes jugando para los Cavaliers, de donde salió para fichar el verano pasado por los Lakers.
James llevó a los Cavaliers a su único título de la historia en la temporada 2015-2016 y, por ello, recibió un gran homenaje por parte de sus antiguos seguidores en el ‘Quicken Loans Arena’ en un tiempo muerto del primer cuarto.
Los Cavaliers, que siguen sin levantar cabeza pese al relevo de entrenador y acumulan una marca de 2-14, tuvieron como máximo anotador a Cedi Osman, con 21 puntos y 7 rebotes, el reserva Jordan Clarkson logró 20 y Tristan Thompson firmó un doble-doble de 14 tantos y 15 rebotes.
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